En el artículo anterior sobre los peligros de la carretera ya repasamos algunos riesgos de la conducción. Sin embargo, la lista no termina ahí, la fatiga al volante es uno de los riesgos que puede pasar desapercibido para los conductores y se debe aumentar la conciencia sobre este fenómeno. Seguidamente lo estudiaremos en este artículo.
La fatiga al volante
¿Qué es?
La fatiga al volante es ese cansancio que una persona adquiere cuando no ha descansado bien o cuando lleva demasiadas horas seguidas conduciendo sin pausa. Provoca una disminución del rendimiento físico, por ejemplo nuestros reflejos se ven afectados, y también del rendimiento psíquico, afectando a nuestra concentración y percepción.
Estas habilidades son muy importantes a la hora de conducir. Una persona al volante no puede tener sus reflejos, concentración y percepción disminuidas si quiere estar seguro en la carretera. Precisamente la fatiga al volante provoca entre el 20% y 30% de los accidentes de tráfico en España, según la DGT.
¿Cómo la podemos detectar?
Los síntomas de la fatiga al volante son principalmente 5:
- Sensación de cansancio y de agotamiento: Te notarás más débil y que te cuesta más realizar las tareas comunes de la conducción como, por ejemplo, cambiar de marcha.
- Sensación de incomodidad en el asiento del conductor: Sentirás que te mueves más de lo habitual y que tienes ganas de cambiar de asiento o levantarte. Eso es tu cuerpo advirtiéndote de que tienes que parar, es una buena idea hacerle caso.
- Una respuesta más lenta de lo habitual de tus movimientos: Notarás que no eres tan rápido en responder cuando tienes que frenar, o adelantar, por poner unos ejemplos.
- Percepción errónea de la distancia y la velocidad: Tu cabeza deberá hacer un esfuerzo mayor de lo habitual para predecir la distancia de frenado, y podrías tener algún sobresalto al darte cuenta de que has de frenar en seco. La fatiga al volante también provoca que te despistes más frecuentemente y superes el límite de velocidad sin que te des cuenta.
- Falta de atención y concentración: Las distracciones aumentarán y notarás como deberás hacer un esfuerzo mayor para mantener tu visión en la carretera. Si te distraes en un mal momento puede costarte la vida.
¿Cómo se puede prevenir?
Por suerte la fatiga al volante es fácil de prevenir. Simplemente debes procurar mantenerte bien hidratado y descansar frecuentemente. Se recomienda descansar ente 20 y 30 minutos cada dos horas o 200 kilómetros. Si puedes encontrar una estación de servicio o un aparcamiento diseñado para los descansos en la carretera utilízalo, porque son los mejores sitios donde uno puede descansar después de conducir.
Lo mejor sin embargo es calcular el viaje para que no supere las 2 horas o los 200 kilómetros, y tener siempre una botella grande de agua cerca.