Hay mucha gente que tiene miedo a coger el coche por los peligros ocasionales que pueden suceder en mitad de la carretera. Hoy hablaremos un poco de algunos peligros que, a lo mejor, y por desgracia, surgen de manera imprevista. Por ejemplo, uno muy sencillo, podría pasar que en medio de la ciudad o de una urbanización o un pueblo, una pelota chutada por un niño inocente en un mal momento se nos podría cruzar por nuestra vía y tendríamos que frenar o esquivarla. Y, en el peor de los casos, el niño podría salir corriendo detrás de ésta. Por estos motivos tenemos que estar siempre atentos cuando conduzcamos. Tenemos que confiar en nuestra experiencia y en nuestros sentidos.
Muchos imprevistos y peligros pueden estar señalizados, no obstante, puede ser que no lo estén, por ello, nosotros diremos algunos que puede que surjan en lugares que no están señalizados. Por ejemplo, podemos encontrarnos en mitad de la carretera un vehículo averiado, un accidente que acaba de suceder hace poco o caídas de cargas. Además, es muy recomendable quitar los obstáculos que nos hayamos cruzado para que otro conductor no tenga el mismo problema al que nos hemos enfrentado cuando hemos tenido que frenar o esquivar el objeto que impide el paso en cuestión.
Un peligro que puede ocurrir es el no darnos cuenta de la proximidad de un tren cuando cruzamos raíles. Aunque estén señalizados con balizas de proximidad, nosotros no vemos si el tren está lejos o está cerca. El peligro que corremos si vamos en el coche es total, el tren tiene una fuerza por la velocidad y una energía cinética mucho superior a nuestro vehículo. No hay que ignorar la señalización y tenemos que tener puestos todos nuestros sentidos.